El terremoto sorprendió a cientos de fieles en pleno rezo en Myanmar. Soe Nay Oo, eximán de la mezquita Myoma, llora la muerte de familiares y amigos.
Una tragedia que sacudió la fe y la vida
Soe Nay Oo, eximán de la principal mezquita de Sagaing, Myanmar, vive hoy en el exilio con el alma rota. El pasado viernes, mientras cientos de fieles se reunían para orar, un terremoto destruyó tres mezquitas en esa ciudad del centro del país, cobrando la vida de al menos 170 personas.
Los hechos ocurrieron a las 12:51 del mediodía, en pleno Ramadán. La mayoría de las víctimas se encontraba rezando dentro de los templos. La mezquita Myoma, la más grande, se desplomó por completo.
“Perdí familia, amigos y hermanos de fe”
Desde Mae Sot, una ciudad fronteriza en Tailandia, Soe Nay Oo observó impotente la tragedia. Él fue líder religioso en la mezquita Myoma durante años. Hoy trabaja para un grupo de derechos humanos y vive como desplazado.
“Casi toda mi comunidad murió ese día. Perdí a mi madre, a mis primos, a compañeros del alma. Es un dolor indescriptible”, declaró a medios internacionales.
Un terremoto que golpeó el corazón de Myanmar
Sagaing se localiza en una región sísmica activa. Sin embargo, este sismo, de magnitud 6.8, resultó devastador por su poca profundidad y la hora en la que ocurrió.
Las mezquitas afectadas estaban llenas por la celebración de las últimas oraciones del viernes de Ramadán. La ciudad aún intenta recuperar los cuerpos bajo los escombros.
Según datos preliminares, más de 300 personas resultaron heridas y cientos de viviendas quedaron destruidas.
Ramadán entre ruinas y duelo
El Eid, que tradicionalmente marca el final del Ramadán con alegría y unión familiar, este año se convirtió en una jornada de luto.
“No hay celebración posible. Solo hay lágrimas. Hemos perdido no solo a nuestros seres queridos, sino también el espíritu de comunidad”, expresó Soe Nay Oo.
Fe y resistencia en medio del dolor
Pese al dolor, la comunidad musulmana de Myanmar ha iniciado campañas de ayuda humanitaria. Organizaciones internacionales se movilizan para apoyar con alimentos, refugios y asistencia médica.
Soe Nay Oo colabora desde Tailandia en la coordinación de donaciones y en la denuncia de la crisis humanitaria que viven los desplazados por el conflicto y ahora por el desastre natural.