Asís, Italia — Miles de peregrinos acuden al Santuario della Spogliazione para venerar a Carlo Acutis, el joven beato que será canonizado el próximo 27 de abril. Su imagen sonriente, con una camiseta polo roja y una mochila al hombro, es tan popular como la de San Francisco de Asís, atrayendo a devotos que encuentran en su sencillez una conexión espiritual auténtica.
Un santo cercano a los jóvenes
Para muchos fieles, la historia de Acutis es un testimonio de cómo la fe puede ser vivida en el mundo moderno. «Carlo es como los chicos de hoy, un joven normal que amaba a Jesús», explica Maria Rosario Riccio, educadora italiana. Su cuerpo, expuesto en la iglesia de Santa María la Mayor, viste jeans, una sudadera y zapatillas deportivas, reflejando su vida sencilla y cercana a la juventud.
El impacto de su legado
El obispo de Asís, Domenico Sorrentino, se sorprende por la magnitud de la devoción. «Veo aquí un volcán de gracia en erupción», expresa. Durante el último año, más de un millón de peregrinos han visitado el santuario, atraídos por su testimonio de fe.
Silvia Balducci, comerciante local, confiesa su admiración: «Este nuevo santo atrae a la juventud». La popularidad de Acutis trasciende su corta vida; su madre, Antonia Salzano Acutis, lo describe como «un puente hacia Jesús». Su frase más famosa, «Todos nacen como un original, pero muchos mueren como fotocopias», refleja su llamado a vivir una fe auténtica.
Un santo para la era digital
Acutis comprendió el poder de internet como herramienta evangelizadora. Creó una exposición en línea sobre milagros eucarísticos, la cual ha sido utilizada en miles de parroquias en todo el mundo. El reverendo Enzo Fortunato destaca que, al igual que San Francisco predicaba en las plazas, «Carlo llevó el Evangelio a las plazas digitales».
Milagros y canonización
Para alcanzar la santidad, se requiere la confirmación de milagros. En su caso, se ha atribuido la curación de una joven costarricense tras un accidente de bicicleta en Italia. Su madre rezó a Acutis y la joven se recuperó sin explicación médica.
Sabina Falcetta, madre y peregrina frecuente del santuario, asegura: «Carlo nos da paz y nos recuerda que Dios es un buen padre». Su impacto trasciende generaciones, inspirando a jóvenes como Mario Girardi, de 13 años, quien tras conocer su historia, afirmó: «¡Quién sabe! Quizá yo también pueda ser santo».
